Hablar de Aria y Georgia es hablar de dulzura envuelta en una cáscara agria.Aria es una gatita de 2 años a quien tuvieron desde bebé viviendo dentro de una caja. Si, ¡una &%$ caja!.Ya se que la pobre caja no tiene la culpa de mi florido lenguaje, pero Aria tampoco tiene culpa de haber caido con gente sin entrañas.Como resultado de 2 años de encierro, Aria tiene poco desarrolladas sus patitas traseras, pero lo mas dañado es su espíritu. Es una gatita que nunca convivió con nada, por lo que no sabe como comportarse con otros gatos, con perros y con los humanos. Tiene una carita hermosa y unos ojos azul agua bellos. Ella está viviendo en la casa desde hace unos meses y hemos tratado de hacerle entender que hay mucho amor para ella. Se deja tocar a veces, le gusta el solecito matutino. Ojalá alguien quisiera darle una oportunidad y enseñarle a querer y a dejarse querer.
Georgia en cambio es una auténtica y original gata feral. Esta regordeta gatita fue rescatada atropellada, estaba criando a sus bebes que ya fueron adoptados. Los gatos ferales son los gatos que no han sido domesticados por que han nacido y crecido con poco o nulo contacto humano. Una vez adultos es muy difícil domesticarlos. Sin embargo Georgia es el mejor ejemplo de que un gato feral puede vivir en casa con una familia. Ella no es una gata cariñosa, huye de la presencia humana, pero está libre por la casa y aunque me muero de ganas de abrazarla como a los demás, tendré que aguantarme. Me conformo con verla por ahi tomando el solecito o durmiendo con los otros gatos. Georgia gusta mucho de los bebés gatitos y los cobija a todos con infinita paciencia.Si todos dieramos la oportunidad a un gato feral de vivir en casa.... just dreaming!
La Casa de Franklin está ubicada en una de las partes montañosas de esta hermosa ciudad. La vista es hermosa, el bosque, la niebla... pero hay un pequeño problema: el frío.En esta semana que pasó hemos estado amaneciendo a un grado centígrado bajo cero. Los perritos la pasan bien, están muy adaptados a este clima y les encanta correr entre el hielo. Pero mis preciosos mininos están sufriendo un poco. Pocos permiten que les ponga suéter, hago caso omiso de las protestas de los bebés, viejitos y enfermos y les pongo uno.Sus TIOS les han enviado camitas, cobijitas y sueteres. Nos hace falta un calentador de gas, por que los eléctricos son muy peligrosos por las descargas que hay por alla.Por lo pronto, cruzo los dedos por que este invierno no sea tan triste como otros.Mi muy amado viejito Negrototote y la bebé Merlina fueron las primeras víctimas del intenso frío.
Hoy por la mañana llegó la nana de mis hijos felinos con una historia agridulce. Cuando venia a casa vio por el camino una gatita tirada al lado de la carretera. Pidió al chofer del camión que la bajara. La gatita estaba muerta pero junto al cuerpecito había dos bolitas de pelos que se aferraban a su madre. Estaban empapados. La mamá murió atropellada.Estos bebitos de escasas 4 semanas ya están a salvo y esperarán para ir a su hogar definitivo. Aun no tienen nombre.Puedes ayudarles de muchas maneras, ¿te animas?Escríbenos a gatitossinnombre@gmail.como llama al 044 55 2763 1225
Carmen Navarro. !Felicidades¡ Les he de contar queridos amigos que Carmen es la orgullosa mamá de una de las hijitas de Georgia, una gatita 100% feral que alguien con un corazón enorme la encontró atropellada arrastrandose en la calle y la rescató. Georgia vive en la Casa de Franklin y como no es una gatita domesticada está esperando a que alguien le de trabajo en alguna casa de campo, escuela, jardín, empresa, etc.Prometo en la semana platicarles sobre Georgia y Aria que son dos gatitas muy especiales, asi como hacer un glosario de términos gatunos como gato feral, gato de trabajo, etc.
Hablar de Aria y Georgia es hablar de dulzura envuelta en una cáscara agria.
Georgia en cambio es una auténtica y original gata feral. Esta regordeta gatita fue rescatada atropellada, estaba criando a sus bebes que ya fueron adoptados. Los gatos ferales son los gatos que no han sido domesticados por que han nacido y crecido con poco o nulo contacto humano. Una vez adultos es muy difícil domesticarlos. Sin embargo Georgia es el mejor ejemplo de que un gato feral puede vivir en casa con una familia. Ella no es una gata cariñosa, huye de la presencia humana, pero está libre por la casa y aunque me muero de ganas de abrazarla como a los demás, tendré que aguantarme. Me conformo con verla por ahi tomando el solecito o durmiendo con los otros gatos. Georgia gusta mucho de los bebés gatitos y los cobija a todos con infinita paciencia.
